Contrapendiente

“Pensar cuesta. Por eso lo evitamos.”

No es libertad: es abandono.

La excusa del “que lo decida cuando sea grande”.

Vivimos tiempos donde muchos padres, influenciados por el progresismo cultural dominante, han comenzado a delegar, postergar o directamente abandonar su rol como formadores. Una de las frases más repetidas para justificar esta actitud es:
“Que lo decida cuando sea grande.”

Pero ¿qué hay detrás de esa frase?

¿Libertad o abandono disfrazado?

A primera vista, parece una posición respetuosa. ¿Quién podría estar en contra de la libertad de elección? Sin embargo, en muchos casos, esta supuesta neutralidad no es más que una máscara para esconder algo más básico: fiaca, falta de voluntad o pura ignorancia.

No se trata de criar hijos a golpes de dogma ni de negarles el derecho a formar su propio criterio, sino de reconocer una verdad incómoda: si vos no los formás, alguien más lo hará. Ya sea un influencer, un algoritmo o el grupo que más grite. Y muchas veces, esas influencias no tienen ni el amor, ni la responsabilidad, ni el sentido común que debería tener un padre o una madre.

Lo que se dejó de transmitir

Hoy en día muchos chicos crecen sin:

¿Quién decide de verdad?

Cuando los padres renuncian a educar en valores, costumbres, referencias culturales o incluso hábitos básicos, no están dejando que el hijo elija libremente: lo están dejando a la deriva.

Y esa deriva tiene un precio.

Crecer sin referentes claros, sin límites y sin estructura es una de las causas del vacío que muchos jóvenes hoy sienten. Buscan en ideologías, etiquetas o causas lo que no encontraron en casa: sentido, pertenencia y dirección.

"Tus hijos no se crían solos (aunque te convenga pensarlo)"

Educar implica transmitir, mostrar, guiar. El buen padre no adoctrina, pero tampoco cruza los brazos. Educar no es decidir todo por el hijo, pero sí darle herramientas. Mostrarle lo que vos valorás, por qué lo hacés, y después dejarle el margen para que tome sus propias decisiones… pero con sustancia, no en el vacío.

Otras cosas que se inculcan… cuando conviene

Hacete Cargo!!

La frase “que lo decida cuando sea grande” puede parecer moderna, abierta y progresista. Pero muchas veces, es sólo una excusa elegante para no hacerse cargo.

No hay nada más cómodo que no tomar posición. Lo difícil —y lo verdaderamente amoroso— es acompañar, marcar un camino, y estar ahí mientras tu hijo lo recorre, con sus aciertos y errores.

La libertad de elección, en esos casos, no es convicción: es abandono.